miércoles, 12 de diciembre de 2007

Soda: Hermosuras Totales











Las horas siguen corriendo dejando atrás los dos conciertos que ofrecieron los tres ídolos de la tierra gaucha, y en mi cabeza las melodías y las letras de aquellas canciones no dejan de sonar. Parece como si la máquina del tiempo por dos días llevó a muchos a la euforia de los ochenta, aunque tengo que señalar que Soda Stereo nunca perdió vigencia ya que durante los 10 años de ausencia, en discotecas y radios siguió sonando la trilogía del rock.

Mi odisea por Soda, como dije anteriormente, comenzó hace dos meses cuando compré mi entrada. Ya teniendo ese acceso (para Persiana Americana) en mi poder, la puerta a la euforia y a los recuerdos estaba asegurada. Los días pasaban lentamente un día, una semana, un mes y por fin llegó la hora de partir de ese viaje del cual no puedo ni quiero regresar.

Viernes en la noche, unas copas previas y a dormir que Soda espera mañana. Sábado 09:00 de la mañana del 8 de diciembre, de un salto despierto y recuerdo hoy es Soda aguante el día será largo. Hora y media después tocan el timbre, me vienen a buscar desayunito y nos vamos, prepara la cámara... que el estadio nos espera.

A eso de las 11:30 de la mañana llegue al estadio, junto con una amiga, en busca de la cola y de buenas posiciones para el concierto. Desde la llegada al perímetro del Nacional, la buena vibra se sentía en el aire, gente caminando, personas desde temprano en la cola revisando El Comercio, vendedores de polos, posters y binoculares, nos abrían la puerta a lo que sería una gran experiencia.

Ya en la cola la espera se hacía interminable, personas iban y venían buscando a los viejos conocidos que aguardaban en la línea. En eso, la música que provenía de adentro del estadio cambió, eran ellos, Zeta, Gustavo y Charly, que hacían su último ensayo con Signos.





La panza suena es hora de almorzar, felizmente y ahora somos varios conocidos o no conocidos en la cola que hablan mientras esperan. Llegó las 4 de la tarde, las puertas se abrieron produciéndose un conato de bronca, porque no se respetó el orden de llegada. No importa Soda espera, ¡corre!, buenos asientos hay que encontrar.


Ya en graderías, el sol y el agua de la pileta de Castañeda nos amenazaban el buen ánimo. El reloj continuaba corriendo, vamos que sean las nueve, ¡y lo peor de todo es que no venden chelas, que desgracia!.

Entre el Dúo Ayacucho, el pan con chorizo de 7 soles y la sensación de calor que dio paso a un aire frío, llegó las 9 de la noche, trayendo primero imágenes de los conciertos de la gira Me Veras Volver, un Vamos Perú – Buenas Noches y tres siluetas conocidas, vestidas de negro, que abrían el concierto con Juegos de Seducción y Tele-K que puso a gritar, saltar y cantar a las 45 mil almas que comenzaban a ser felices.

Soda continuó el concierto con canciones sólo para los fanáticos como Imágenes Retro, Hombre al Agua y En la Ciudad de la Furia que realmente hizo a Lima sentirse susceptible. El grupo hacia vibrar al público limeños que entre otras cosas se sorprendió con el montaje visual que trajeron los argentinos, tres pantallas gigantes que reflejaban a los Soda pero también imágenes alusivas a las canciones, lo cual acompañaban tres esferas gigantes de luces que bajaban y subían de acuerdo a la canción.

El concierto estaba realmente en todo su apogeo, la gente gritaba, cantaba, se reencontraba con una euforia adolescente que explotó hacia una catarsis que hizo a todo el estadio levantar los brazos en Persiana Americana; no sin antes estremecerse con Signos, corear con Zoom, gritar en Cuando pase el temblor y vibrar en Corazón Delator, que fue acompañada visualmente con un gran corazón rojo que hacía latir no sólo las graderías del Nacional sino los corazones de los presentes.

El concierto ya estaba avanzado, y Cerati pidió al respetable prender todo lo que tuvieran a la mano, creando así una alfombra de estrellas azules y amarillas que culminó en “hermosuras totales”. Luego Soda deleitó con la letra de Primavera 0, “porque la verdad es que nadie vive sin amor” cantaban los asistentes, muchos de los cuales, incluida su servidora, escuchaban a Soda por primera vez en un escenario. Siguió No Existes, Sueles Dejarme Solo y la archiconocida De Música Ligera.

El trío dejó por un largo rato el escenario, haciendo presagiar que esto llegaba a su fin. Sin embargo, al grito de “soda, soda, soda” salieron entre los rugidos de la fanaticada limeña que literalmente explotó con Prófugos, “no seas tan cruel, no busques más pretextos” era el grito general para esta canción que se complementaba con las luces del escenario y la performance de Charly, Gustavo y Zeta que prácticamente ya eran uno con el público.

Increíble se volvieron a ir, incluso Charly tiró las baquetas lo cual generó que la gente se comience a retirar. Pero no, hubo Soda para un rato más que terminó o inició una nueva fanaticada. A la voz de Bonus Trank comenzó a sonar Nada Personal y Vitaminas, que puso a la gente a bailar y cantar de la mano de los muchachos, que pese a los años se siguen manteniendo bien en todos los sentidos.

Así pues terminó el primer concierto de Soda en Lima realizado el 8 de diciembre con un estadio que albergó 45 mil personas y 3 rockeros increíbles. La gente comenzó a retirarse con tranquilidad y con una sonrisa en sus labios que dudo se les borrará, y sí pues los limeños fueron felices esa noche y la del domingo 9 también, olvidándose de los problemas cotidianos del país. Solo me queda por indicar ¡Grande Soda!, y como dijera Gustavo Cerati en el 97: Gracias Totales... por regresar.

corresponsal
tiffany g.

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